Wednesday, July 1, 2015

Santa Catalina, últimas meses en la Medicatura Rural. Junio, Julio 1978

Santa Catalina, Domingo 4 de junio de 1978.

Esta vez tampoco recibí noticias de Ponce. Recibí una carta de Susie que tardó 33 días en llegar. Por suerte fue una carta larga y linda donde me contó sobre sus altibajos, sobre Peter y sus perros y sobre sus niñas que son su felicidad.

Hoy es un domingo lluvioso y acabamos de regresar de Tucupita. Por suerte no nos llovió en el viaje en rápida.





















Tuvimos unos días de vacaciones porque partimos el jueves para ver el mundial de fútbol. 


Algo pudimos ver de la fiesta inaugural a través de la nieve del canal cuatro.




 Con el primer partido me quedé dormida porque era medio aburrido y yo venía con mucho dolor de cabeza por el sol que tomé en el viaje en la rápida destechada y porque al llegar nos comunicaron que desde septiembre hasta enero no iba a haber reválida, por las elecciones.  
Me tuve que tomar un diazepam. 

Pero al  día siguiente, llegó Leighton de Maracaibo con la noticia de que a más tardar el lunes nos darían la autorización para la reválida ya que por allá ni se habla de dicha suspensión de los cursos y exámenes. 


Vimos dos partidos más en su casa. Se veían bastante mal pero nos divertimos muchísimo, comiendo caramelos de dulce de leche y gritando los goles como en el estadio.  Éramos uruguayos, chilenos y un venezolano libanés que se sentía triste de ver el partido solo y se vino también.

El sábado fuimos a ver los partidos en el edificio del Colegio Médico en Maturín. 

Es precioso y tiene una sala grande con una televisión enorme y allí se pueden ver varios canales. 


Vimos varios partidos pero el mejor fue el último: Escocia contra Perú.  Estaban tan emocionados que armaban un escándalo gritando cada vez que hacían un gol.  El Chino estaba tan excitado que saltaba con cada gol, con lo cual el whisky y los hielos volaban por la sala.  Los venezolanos que estaban ahí, nos miraban incrédulos. 


Fuimos desde Tucupita toda la patota internacional: chilenos, uruguayos, libaneses y venezolanos en varios coches, vestidos con pantalones embarrados, con championes, llenos de tierra.  Y al llegar los venezolanos estaban todos de punta en blanco, sobre todo las mujeres. 

Pero nos recibieron regio, nos convidaron con whisky  y comida todo el tiempo, vinieron a conversar con nosotros en particular, y nos preguntaron por el Delta.

En estos días están haciendo paros médicos por aumento de sueldo, y por los derechos sociales. En el Delta los extranjeros estamos amenazados con echarnos del país si nos adherimos al paro.  Pero los del colegio médico nos amenazan con echarnos del colegio si no nos adherimos. 

En el hospital se armó un gran despelote.  Mito tiene un jefe copeiano y el director del hospital es adeco.  Fueron en comandos, unos a decirle violentamente que no tenía que trabajar y otros que sí, a los gritos y amenaza de lucha libre.  Todo eso adelante de los pacientes.  La enfermera lloraba porque unos le decían que hiciera pasar pacientes y otros le decían que no. 

Todo los extranjeros tenían problemas e incluso se empezaron a pelear entre ellos.  Por fin se reunieron en un restaurante, se pusieron a tomar whisky y aquí no ha pasado nada.  

Cuando les dijimos a los de Maturín que en el Delta los extranjeros no se podían adherir al paro, no lo podían entender.  Solo un lugar tan salvaje como ése, no responde a los mandatos de la Federación médica, decían.


Mientras en Tucupita sucedía lo del paro, nosotros dos inocentemente, sin saber nada porque el radio está roto en Santa Catalina, fuimos a ver el mundial jueves y viernes que fueron los dos días de paro, por pura casualidad. 

El sábado que viene nos vamos a Castillos de Guayana donde nos espera el Doctor Moragas (chileno), y nos lleva a su medicatura en Imataca. De paso vamos a hablar con el director del Hospital del Seguro a ver que nos ofrece para después de la reválida.


El comisionado anterior que era el doctor Camacho nos ofreció que fuéramos al hospital de San Cristóbal.  Lo mandaron allá como Director.  San Cristóbal queda del otro lado de Venezuela por los Andes, al sur de Maracaibo y Mérida.  Dicen que es una ciudad muy linda y que la gente es muy agradable y prolija, un poco estilo europea.   Además como está en una altura es más fresca y el clima es más seco. 

El tiempo pasa bastante rápido y yo estoy asustada con los vaivenes de las noticias.




 Sólo espero que en septiembre podamos ir a la reválida. 

Estoy tratando de convencerme de que si tuviéramos que quedarnos dos meses más aquí no sería tan tremendo. Si bien hay lugares mejores, esto también tiene sus ventajas. 

Pero lo que no soporto es seguir en la lucha con las ratas. Es algo tremendo, se han multiplicado y hasta se siente el olor de sus excrementos por todos lados. 

Le pedí a la limpiadora de pasara desinfectantes y sacamos para afuera toda las cosas que pudimos. 

Trajimos una bolsa inmensa de veneno de Malariología. Tenemos la intención de sacar todo el cielo raso que es a donde se suben por los cables. 

Los de Servicios nos prometieron que nos van a fijar los cables a la pared pero a estas alturas, de ellos no espero nada, son unos hijos de puta. Si vienen bien y si no, lo solucionaremos nosotros como podamos. En eso estamos. 

Estos paseítos que estamos haciendo nos han hecho mucho bien.  
Es increíble como me hacen sentir en paz conmigo misma. También por el contacto con otras personas como nosotros. Lo que pasa es que con la gente de Santa Catalina hay tantas diferencias culturales que es poco lo que se puede intercambiar.  Puedo tener un trato paternalista o tratar de bajar a su nivel pero no me siento cómoda en ninguna de las dos situaciones porque no me gusta sentirme superior ni inferior a nadie. Y me hace falta tener conversaciones normales con personas que tengan más cosas en común conmigo.

En Maturín me compré una cafetera como la que teníamos allá y me acabo de tomar un cafecito delicioso.  Pensé en que sería un lindo regalo para llevarles.  En realidad la idea fue del Chino, lo cual me sorprendió muchísimo con lo reacio que es a hacer a regalos.  Aunque tengo prohibido contarles de mis intimidades, sin entrar en detalles, les voy a decir que nuestra vida de casados ha mejorado muchísimo,.  Existe mucho más comprensión entre ambos y mucha más consideración.  Incluso hemos aprendido cosas buenas uno del otro.

Recibí carta de la abuela americana, muy cariñosa, espontánea, saltando de un tema otro casi sin pausas ni puntos. La abuela americana es de cuando fui a Michigan en un intercambio cuando tenía 17 años.  


Hoy en la rápida me quemé bastante. Me puse la solera que me regaló la Negra para que no me quede la marca y estoy toda roja. Volví a engordar y creo que estoy perdida, porque en Maturín compramos manteca de maní que queda deliciosa con miel o dulce con el pan. Conseguimos como seis kilos de lomo delicioso. Ahora sí que no nos falta la comida.  Hubiera sido lindo haberlo tenido cuando tú viniste, Mami.

Están pasando una música preciosa por la FM.

Tal vez vayamos a dar algunas exámenes en julio y en agosto.

Me imagino que Papo estará por operarse. Tengo ganas de saber más de eso, pero las noticias tardan en llegar.

Oigo las ratas comer y me da placer bárbaro pensar que están comiéndose el veneno que les pusimos.

Un sucedido: Hace como dos meses un grupo de chiquilines de entre doce y dieciséis años se fueron a lo del Doctor Moragas en Imataca.  
Fueron a acampar a una playa sobre el río Caroní.  A la noche estaban acostados boca arriba y vieron una bola de luz muy luminosa y bastante más grande que no parecía un avión, sobre unas colinas. 
Esta se movía muy lentamente y luego desapareció entre la maleza. Pero de allí salió otra pequeñita que se movía con mucha rapidez y se desplazaba formando ángulos desde el lugar donde había desaparecido la luz grande. Por fin esta pequeñita se desvaneció y no vieron nada más.  
Moragas llegó a la conclusión de que no era ni un avión, ni un cometa, ni nada que él pudiera explicar. Los niños estában convencidos que se trataba de un Ovni y se pusieron todos a llorar y a la Tochita ( una de las hijas de Valenzuela que tiene 12 años), le dio un ataque de histeria.

Barrett esta pidiendo que le haga una sopa así que voy a cumplir con mi función de esposa.



Jueves 27 de julio.

Papi:

Esta carta te la dirijo a ti por tu próximo cumpleaños. Espero que lo pases muy bien.  Me imagino que lo festejarán comiendo algo rico todos juntos en Ponce que es la mejor manera de festejarlo. También espero que te vaya bien en la segunda operación.


El suceso más llamativo por estos lares fue el comportamiento de las aguas del Delta. El mes pasado habían subido a un ritmo comparable al del año 1976.






De repente dejó de subir y hasta dicen los lugareños que empieza a bajar. Incluso Los 3 Caños que es un caserío que se inunda todos los años, parece que este año no se va a inundar.  



Por otro lado el informativo anunció que en Apure, en la zona donde se inicia el río Orinoco ya empezó a inundarse y por lo tanto falta poco para que se inunde aquí.  Cuando llegamos el año pasado en esta misma época ya las aguas habían descendido y la gente estaba volviendo a sus ranchos.






Nuestra fecha de partida se aproxima. Nos queda sólo un mes. Yo estoy contenta porque esta casa está teniendo muchos inconvenientes y siendo un lugar tan alejado, hace que todo se vuelva más complicado. Hace que me sienta más aislada.

Martes 1 de agosto de 1978.

Por aquí la cosa no ha cambiado mucho.  Aún no se han producido las temidas inundaciones.
Aunque esta noche está subiendo bastante, crucemos los dedos…



El tiempo pasa y ya nos queda menos de un mes aquí.

La isla que queda frente a Tucupita se llama Guara.

No sé bien qué decirles en cuanto a la correspondencia porque todavía no se adonde nos quedaremos en Maracaibo.

A Carol mis felicitaciones por salvar ese examen y que el próximo año le vaya mejor.

Sobre lo que te dijo Mauro creo que está bien, lo que pasa es que tu problema es tan común que le parecerá innecesario darte más explicaciónes. 

Sobre el Kenacort, deberías de no tomar nunca más.  Puedes usar el Ventolín que aunque da algo de taquicardia, se  va cuando te acostumbres.  Igual la dosis que tu usás es muy pequeña y en cambio cada comprimido de Kenacort te está arrancando un poco de calcio de los huesos. 

A Celita aclarale que cuando yo vaya en enero voy a ir sola porque el Chino no puede realizar ese tipo de viajes por razones obvias.

Mami me alegré muchísimo de que pudieras comprarte el televisor. También me encanta que papi pueda tener su tv este invierno. 

A la madrina: te explico que no es que estoy deprimida ahora, es que con el estudio no tengo mucho tiempo para estar pensando en otras cosas.  Te iba a escribir una carta más larga. Te aseguro que tus jefes no son nada comparados con los míos. Con respecto a tu radio no creo que necesite tantas bandas para escuchar esa emisora. Nosotros con una de dos bandas escuchamos a toda Europa sin problemas. 

Hablando de arañas hoy encontré una en el baño con patas larguísimas, flaquita, con rayitas marrones y beige. No me asustan, más bien me gustan porque con sus redes enlazan a los otros insectos para comérselas. Hacen un poco de limpieza. 

No creas que no sé cocinar, me defiendo muy bien.

No, no pongo el pan en bolsa de nylon y la heladera que uso es la que no funciona. Ya tengo calculado que al quinto día el pan se llena de hongos. Lo que hago es rasparlo y a veces lavarlo, luego lo tuesto y ya está. Estate segura que si hubiera panadería iría comprar más seguido.

Y de la billetera no he tenido noticias.  Pero eso no es raro, ya que cada carta tarda un mes o más en llegar cuando vienen de Caracas. Desde junio no hablo por teléfono con Susie ya que no he ido casi a Tucupita y tampoco tengo el teléfono del doctor Leighton porque ellos se fueron a Maracaibo para la reválida. Así que estoy incomunicada en esta cárcel vegetal y acuática. 

De Liliana no he sabido nada y tampoco le he escrito porque tú me dijiste que estaba en la India así que no me extraña no tener noticias. 





Carta del chino a su familia.

Miércoles 6 de septiembre de 1978.

Llegamos ayer. Hace bastante calor en la ciudad y a pleno sol, pero en las afueras hay brisa, sobre todo donde están los Brasselli.  Es una isla pequeña unida por un puente pequeño a la costa.  Ellos están en un piso 12  fresco y casi ventoso.  De noche refresca en todas partes. Por ahora estamos en esta isla con piscina y playa. Tenemos para elegir. Pero estamos buscando un apartamento chico para nosotros. 

El puente de Maracaibo es tremendo, largo y con una estructura imponente.

Aquí algunas personas hablan como nosotros por ejemplo dicen mirá, vení y vos.


En Maracaibo no hay humedad.  Aquí en la Villa de los Brasselli es de noche y desde estas alturas se ven las luces de Maracaibo, abajo se escucha el ruido tan familiar del mar.  Es un lago pero es muy parecido al mar con mareas diarias,  bajas y altas.

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