Santa Catalina, Sábado 5 de noviembre de 1977.
Hace tanto calor que estoy en la cama sin frazadas, sin ropa y sin nada. A pesar de eso sigo cubierta por el sudor. Escucho Joan Baez en el grabador. Estoy usando las sábanas que nos regaló Susie por el casamiento. También nos regaló dos toallas. Son muy lindas y la sábana de abajo tiene elástico.
El lunes pasado fuimos a Tucupita, nos fracasó la conversación por teléfono, que rabia!
Lo que uno transpira es muy difícil de imaginar, la ropa se moja con el sudor, se seca y se vuelve a mojar. Todo lo que tenés puesto se ensucia enseguida. La transpiración se hace pegajosa y me ataca la alergia. Tomamos líquido en todas partes. Me da jaqueca.
Ese día tenía una jaqueca espantosa y no nos pudimos bañar porque hubo apagón. Cuando hay apagón no tenemos agua porque necesita que la bomba funcione para que suba.
Ese día tenía una jaqueca espantosa y no nos pudimos bañar porque hubo apagón. Cuando hay apagón no tenemos agua porque necesita que la bomba funcione para que suba.
Espere la llamada hasta las 12, pero no podía más y me fui a dormir. Si hubiera esperado 20 minutos más hubiera podido comunicarme. No se pueden imaginar la bronca. Fueron ustedes para la comunicación?
El asunto de ir a hacer la reválida en Maracaibo parece que va viento en popa. Vamos a tener que ir a Caracas para retirar la documentación.
Después ellos la van a estudiar. Es así para todos los extranjeros. Hacen una sesión extraordinaria. Y ahí resolverán. Tendremos que ir a Maracaibo a inscribirnos. El plan es comenzar en enero y terminarla en 4 o 5 meses.
Nos dan una beca para que podamos ir, es decir que seguimos cobrando sueldo. Parecería que al volver nos iríamos de Santa Catalina, así que de repente estamos aquí solo hasta la Navidad.
La verdad que esto no da para más. Muy lindo por un tiempo o si hubiéramos nacido aquí.
Si tuviéramos que vivir el resto de la vida por cuestiones de trabajo, nos adaptaríamos.
Empezaríamos a trabar relación con la gente del lugar, nos familiarizaríamos con sus costumbres y a la larga seriamos santacatalineños o como se diga.
Pero como sabemos que estamos de paso no nos acostumbramos. Nos gustaría ir a algún lugar donde hayan diarios, radios, televisión, teléfonos, cine, autos, etcétera.
Barrett grabó un casette para su familia qué sería lindo que lo escuchen porque cuenta algunas cosas interesantes. También hablo yo un poquito.
Otra vez se escucha la música de Acción Democrática. Son dos notas que se repiten todos los días de manera contínua, desde las seis hasta las nueve de la noche.
Hoy asistimos otro parto. Otro prematuro con problemas respiratorios. Lo tuvimos que meter en la incubadora.
Desde que llegamos hubieron cuatro partos.
El primero era prematuro y mongólico y lo trasladamos en coma a Tucupita.
El segundo también era prematuro y nació muerto.
Al tercero le encontré algunas anormalidades en el embarazo a la madre y le indiqué que consulte en Tucupita. No me hizo caso. Su parto fue laborioso y el niño nació con dificultades respiratorias.
Por suerte ayer se fue vivito y coleando.
Y el de hoy… parece que vino la yeta.
Fueron días de cirugía en estos tres días: dos partos, una sutura y el drenaje de un absceso.
Desde Tucupita nos trajeron en una lancha divina. El motor era igual al de la nuestra, pero era increíblemente cómoda y daba la sensación de estar suspendida en el aire.
Según Barrett esto es por su forma hidrodinámica. Iba como bólido. El río parecía una carretera.
Cuando cogía olas saltaba y salíamos volando...
Lo bravo era al caer.
Estuvimos en la casa del Dr. Valenzuela que es un cirujano chileno. Divino, inteligente, interesante y además está aquí por razones de fuerza mayor. Es el único cirujano de Tucupita. Vive con su familia y la mantiene con un sueldo menor que el mío. Tienes seis hijas. Todos son sumamente dulces. Son tan prolijos y educados que me da miedo hasta de moverme por no romper la armonía que hay en esa casa.
Maracaibo queda a 1600 km de Tucupita y a 800 km de Caracas. Esta muy cerca de Colombia.
Ahora nosotros estamos en el otro extremo de Venezuela, cerca de la Guayana.
Empezamos a ahorrar para volver a Montevideo. Hicimos un primer giro para colocarlo en Buenos Aires.
Domingo 6 de noviembre.
El lunes hay elecciones en el sindicato de la salud. Salieron dos barcos: en la curiara de Dámaso van los copeianos y en la lancha de la medicatura van los adecos con Francisco. Listas dos y uno.
Lunes 7 de noviembre.
Hoy me despertaron a las dos de la madrugada para un parto. Y lo tuve que asistir yo sola. La enfermerita tenía miedo de ayudarne porque era su hermana. Tenía una circular del cordón. Salió la cabeza y se detuvo el parto.
Fueron minutos de pánico, pero metí la mano, lo descubrí, se lo deshice y salió de lo más bien.
Cuántos partos! Sucedió todo tan rápido que recién cuando volví a la cama me vinieron los nervios y no podía dormir.
Hace poco le pusieron a un varón el nombre de Isabel. No me puedo imaginar que le pondrán a esta niñita que nació recién.
Cuando salí le dije la abuela: “Es una niña.” y la abuela exclamo: “ Hembra! Qué suerte¨
Martes 8 de noviembre.
Te imaginarás lo triste que es ir a Tucupita y qué no hayan llegado cartas.
Habían muchas cartas. Son las seis de la tarde y todavía estoy leyendo.
Me vinieron los bríos que hacía tiempo me faltaban y me puse a hacer papas fritas con ajo rayado, cebolla rayada, pimienta y sal para comer con el Corned Beef.
Después leí una carta del profesor Morquio. Era el grado cinco de la última clínica que cursé. También se tuvo que venir y ahora está en Coro.
El no sabe de mi existencia, pero le dice a Barrett que vaya, que eso es bastante grande, con un hospital según él, sólo superado por el Clínicas. Y aparentemente le conseguiría un cargo de residente.
Podríamos averiguar cuando estemos en Maracaibo porque queda cerca. Lo bueno es que es un lugar precioso. Tiene playas divinas, clima seco tipo desértico y está mucho más cerca de ciudades grandes, incluso de Caracas.
Estuvimos en Caracas según lo planeado y volveremos a mediados de mes para retirar los papeles de la Universidad Central.
Con respecto a la reválida: Venezuela no tiene convenio con Uruguay, Chile, Argentina y otros.
Hay que dar exámenes de las clínicas y además algunas materias.
Estudian que materias y/o clínicas tienen que cursar caso por caso.
Además de cuatro exámenes cortos que se exigen para todos. Son: Ética Médica, Historia de la Medicina, Medicina Tropical y otro.
En la Universidad Central que es donde están todos los uruguayos que conocemos, les exigen las cuatro clínicas. Eso supone un año de curso con los respectivos exámenes.
Trabajando aquí, es muy difícil que nos puedan becar tantos meses. Y en Caracas tampoco se consigue trabajo así nomás. Entonces nos pasaría lo que le pasó a otros que hace dos años están aquí y no han podido dar su reválida. Así le pasó a Lolita y a su esposo.
Por eso los chilenos con el Comisionado de Salud, el doctor Camacho, averiguaron que en la Universidad del Zulia ya tienen pensado el problema de los extranjeros e hicieron un plan especial de reválida, más corto. Por suerte el doctor Camacho está de acuerdo con seguir pagándonos el sueldo y que vayamos todos a Maracaibo.
Los golpes de la lancha no se pueden evitar ya que la lancha vuela por el aire y cae. Claro que un dunlop suavizaría el asunto, pero nuestra lancha es vieja y ya los tiene gastados. Además no es una cosa que pase siempre, es solo algunos días cuando el agua está agitada y por algunos trechos. No te olvides que aquí estamos casi en la selva y es una suerte tener una lancha tan buena.
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